Biodegradación

La biodegradación es un proceso natural por el que determinadas sustancias pueden ser descompuestas con cierta rapidez en sus ingredientes básicos, debido a la acción de bacterias, levaduras y otros hongos microscópicos existentes en el suelo y las aguas. En cada gramo de tierra puede haber hasta diez millones de estas invisibles criaturas capaces de digerir los desechos orgánicos. Gracias a su actividad metabólica, los detritos son transformados para que la naturaleza los vuelva a aprovechar.

Los factores que intervienen en el proceso de biodegradación son múltiples. Entre ellos:

- La temperatura y la humedad del suelo. El calor y la humedad, que son los principales responsables del proceso de la descomposición, contribuyen a estimular el crecimiento y la actividad de los microorganismos aerobios, es decir, que necesitan oxígeno para vivir.

- La acidez del medio. Las aguas y terrenos con un pH ácido limitan la capacidad de desarrollo de los microorganismos. Este es el caso de las turberas nórdicas, en las que se han encontrado cadáveres humanos que se han conservado intactos durante cientos de años.

- La disponibilidad de oxígeno. El aceite, por ejemplo, no se degrada en un medio anaerobio o carente de oxígeno. Por el contrario, algunos pesticidas y los tóxicos difenilos policlorados sólo se desintegran si aquél está presente.

- La cantidad de basura. El volumen de materia que pueden digerir hongos y bacterias es limitado. Un exceso de nutrientes puede desencadenar un desastre ecológico. Este es el caso de muchos ríos y lagos, que debido a lo vertido en ellos sin control, sufren un proceso de eutrofización.

- La naturaleza de los microorganismos. Puede ocurrir que las colonias de bacterias de un determinado terreno no sean capaces de descomponer unos residuos que arrojados en cualquier otro lugar serían fácilmente atacados.

Nuestra actual sociedad de consumo fomenta que estemos continuamente comprando cosas nuevas y nos deshagamos de las viejas. Incluso cada vez se diseñan más productos que no duran y que hay que reemplazar. Así, existen ya todo tipo de artículos desechables, desde cámaras fotográficas a máquinas de afeitar o vajilla y menaje de plástico. Su desaparición supone, sin embargo, acumular un montón de basura.

Aunque la mayor parte de los residuos se arrojan en los vertederos, al cabo de un tiempo éstos están llenos y no pueden usarse más. Por otro lado, el aumento del precio del suelo dificulta la tarea de encontrar lugares donde enterrar los desechos.

Al ritmo que vamos, podemos convertir nuestro planeta en un auténtico basural. En todos los hogares se tiran anualmente miles de millones de toneladas de papel, cartón, vidrio, plásticos, chatarra y otros desperdicios. De ellos, ni siquiera la mitad llegan a ser reciclados.

Pero está claro que ésta es la solución, ya que supone un ahorro de recursos y una reducción de los residuos.

Tiempo de descomposición de algunos residuos

3 meses

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Figura Papel

La lignina, el componente más importante del papel, no es fácilmente degradable, ya que está formada por unas moléculas gigantes más grandes que las bacterias encargadas de desintegrarla. En un sitio húmedo, tarda tres meses en descomponerse; si es seco, el proceso es más largo. Pero también depende del papel: algunos, por ejemplo, duran varios meses, y los periódicos depositados en los basurales pueden permanecer intactos durante varias décadas.

6 meses

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Figura Fósforo

El deterioro de un fósforo de madera, por ejemplo, comienza con la invasión de la lignina, su principal ingrediente, por hordas de mohos e insectos xilófagos, que son comedores de madera. De todas formas, el proceso es lento, y en un ambiente húmedo, un fósforo no se destruye hasta pasados unos seis meses.

6-12 meses

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Figura Manzana

La materia orgánica generalmente es transformada de forma eficaz por los microorganismos, insectos y otros seres invertebrados. El corazón de una manzana, que suele descomponerse en unos seis meses en un clima cálido, puede mantenerse hasta un año en un lugar frío, ya que la escarcha del suelo dificulta la proliferación de los microbios descomponedores y aminora su capacidad devoradora.

1-2 años

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Figura Cigarrillos

Un cigarrillo con filtro tarda de uno a dos años en consumirse. Las enzimas, de las bacterias y de los hongos desean digerir el acetato de celulosa, un compuesto de síntesis con el que se fabrican las boquillas. Arrojar una colilla sin filtro en el campo es menos nocivo, pues, al estar compuesta sólo de tabaco y celulosa, tarda unos cuatro meses en degradarse. En el asfalto, no obstante, su tiempo de vida es mayor.

5 años

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Figura Chicle

Un chicle tirado al suelo empieza a destruirse por la luz y el oxígeno del aire, que le hacen perder su elasticidad y viscosidad. Sin embargo, como contiene gomas, resinas naturales extraídas de árboles exóticos, resinas sintéticas, azúcar y otros ingredientes, el proceso puede durar hasta cinco años. Su pulverización únicamente se ve acortada si antes se pega a la suela del zapato de algún caminante despistado.

10 años

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Figura Latas de aluminio y acero

Los metales son esencialmente no biodegradables. Una lata de acero se desintegra en unos 10 años, convirtiéndose en óxido de hierro. Hacen falta dos veranos lluviosos para que el oxígeno del agua comience a oxidar los 210 micrones de espesor de acero recubierto de estaño y barniz. En cambio, una lata de aluminio no se corroe nunca, lo cual es grave porque estos envases acaparan la mayor parte del mercado de bebidas refrescantes.

100 años

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Figura Encendedor

De todo lo que usa el fumador, el encendedor de plástico es lo más resistente a la biodegradación. Si a una altitud de 1800 metros arrojásemos al suelo uno de estos encendedores desechables, el acero empezaría apenas a oxidarse hasta pasados dos años, mientras que el plástico permanecería aún intacto.

100 años o más

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Figura Plástico

Las buenas cualidades del plástico, su durabilidad y resistencia a la humedad y a los productos químicos, son las que impiden su descomposición. Debido a que este material existe desde hace apenas un siglo, no es posible determinar su biodegradabilidad, aunque se estima que una botella de plástico tardaría cientos de años en desaparecer. En todos los países se tiran a la basura millones de toneladas de plástico al cabo de un año. De esta cantidad, sólo llega a reciclarse un 15%.

4000 años

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Figura Vidrio

El vidrio no se biodegrada jamás. Es tal su dureza que los arqueólogos han encontrado utensilios de vidrio del año 2000 a.C. Al estar compuesto de arena, sosa, cal y varios aditivos, esto hace que los microorganismos no puedan hincarle el diente. Un recipiente de vidrio tardaría 4000 años en desintegrarse por acción de fenómenos como la erosión y los agentes químicos. En muchos países ocupa el tercer lugar entre los desechos del hogar.

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